HEINO
Hasta hoy les había traído por aquí unas muestras de lo más vistoso que he ido encontrando, musicalmente hablando, intramuros de nuestro corral patrio. Esta vez, animado por el reciente éxito del
Festival de Eurovisión y la Presidencia por turnos de la Unión Europea que con airosa disposición nuestro gobierno asume, me permito el atrevimiento de proponerles echar un vistazo a lo que también se cuece por ahí afuera. En esta tesitura me ha parecido oportuno acudir a un clásico del folklore germano: Heinz Georg Kramm,
Heino para los amigos (y enemigos, supongo que también).
Nacido en Dusseldorf, en 1938, y de temprana vocación barítona, su universo melódico oscila entre las polkas, tirolesas y marchas militares de la profunda
Bavaria y el exotismo latino más mal entendido, con frecuentes paradas en la
Polinesia y el Farwest para avituallarse. Su tipología albina y esa mirada extraterrestre, sempiternamente escamoteada bajo unas tupidas gafas oscuras, nos confirman lo acertado de la elección.
De su florido repertorio les rescato Karamba, Karacho, ein Whisky tonadilla paradigmática del toque "heino" que, aparte de su valor intrínseco como cántico de taberna de primer orden, contiene una curiosa particularidad. Según algunos exégetas de nuestro amigo, el teutón palabro
"karacho" no es otro que nuestro querido "carajo" y, según ellos, una contaminación lingüística introducida por los soldados de la
División Azul a sus camaradas germanos en la intimidad de las trincheras de los remotos frentes orientales durante la 2ª Guerra Mundial y plenamente aceptada en el alemán coloquial desde entonces. ¡Hay que joderse!
.-Mi agradecimiento a Mr. Jordi Costa por ponerme tras su pista.